Por Sin Reservas
El abogado narra como aprovechando un lugar oscuro, fue interceptado bruscamente por una patrulla de la Policía Nacional, compuesta de cinco sujetos, que le hicieron frenar con ímpetu, para no estrellarse con el vehículo en que se desplazaban estos.
Relata que mientras se acercaba a su hogar, procedente de Baní, provincia Peravia, de visitar a su madre, repentinamente aparece por delante de su vehículo y lo hace detener, al lograrlo la pandilla se desmonta como buitres y se abalanzan sobre él, diciéndole hostilmente que el vehículo iba ser requizado, a lo que él le requirió el acta que lo ordenaba e indicaba que buscaban en su vehículo.
Naturalmente que la intensión era otra, pues no tenían ninguna autorización, y a sabienda de su mala costumbre perniciosa él le dice que no tiene inconveniente, pero le sugiere requerir del Ministerio Público o que vayan a un destacamento para que lo revisen.
Esto molestó a los violadores, y le agredieron físicamente, le amenazaron y hasta le ofrecieron darle un balazo.
Al no obtemperar él decidió llamar a Milciades Guzmán Leonardo, Procurador Fiscal de Santo Domingo Este, a lo que uno de los delincuentes tratando de impedirlo le tiró una trompada que le tumbó los lentes.
Finalmente al ver la imposibilidad de atracarle o extorsionarle fue llevado al destacamento, donde recibió apoyo del Comandante de la Zona, del Coronel Letta, del Subdirector General de la Policía y de los diputados Alexis Jiménez, Amado Díaz y Bertico Santana, por lo que no tuvieron más de ponerlo en libertad.